Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. Estamos atribulados en todo pero no angustiados; perplejos pero no desesperados; perseguidos pero no desamparados; abatidos pero no destruidos.
2 Corintios 4:7-9
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El llamado en medio de la discapacidad
La música nos llama como Dios llama nuestros nombres
Dios nos llama a participar en la música de la vida.
El llamado de Dios puede ser fresco y claro como el ritmo de un hip-hop
Lucido y ambiguo como una canción espiritual o popular.
El llamado de Dios puede ser puro como la poesía hablada
Puede ser refinado como la ópera
La música de la vida nos llama a todos a responder.
Instrumentos que animan las notas en el papel
La percusión nos llama a responder con aplausos, pisadas y chasquidos.
Las melodías nos llevan a un viaje
Las armonías nos detienen en asombro.
Enteras o rotas, nuestras voces dan vida a las palabras escritas a medida que se producen a través de la canción.
La relación nos llama como Dios llama a nuestros nombres
El llamado de Dios puede llevarte a nuevas posibilidades como el primer día de clases.
Puede llevarte de regreso a un camino que dejaste, como la reconciliación con un miembro de familia.
El llamado de Dios puede llevarte a un camino menos transitado, como encontrar nuevos amigos después de una gran mudanza.
Puede llevarte a caminos trillados, como casarte con tu novia de la escuela secundaria,
O a vivir la lucha por seguir escuchando el llamado cuando el cuerpo falla, … una y otra vez.
El llamado de Dios puede ser una voz suave, como el abrazo reconfortante de una madre
Puede ser un fuerte trueno, como una advertencia o el aliento apasionado de un amigo, cónyuge o padre.
El llamado de Dios puede revelarse como el barro
Para ser moldeado en el gozo de la celebración, como una graduación.
Puede moldearse a través de lágrimas de pena y dolor, como por los que perdimos en el camino.
El llamado de Dios se puede moldear en los desafíos de las pruebas y exámenes.
Puede moldearse en los desafíos de no saber.
El llamado de Dios puede moldearse a través de la comunidad en familias y capillas.
Se puede expandir a través del amor de comunidades y amigos.
Dios nos llama a través de instrumentos y voces.
Dios nos llama como su barro, su creación.
Dios nos llama a relacionarnos a través de experiencias.
Dios nos llama jóvenes y adultos
Dios nos llama quebrantados y redimidos
Dios nos llama a pesar de nosotros mismos
Dios nos llama a todos.
- ¿Qué sientes y piensas al escuchar esta historia de la lucha para poder vivir el llamado?
- ¿Cómo es el quebrantamiento una parte del llamado?
- ¿Qué hace del quebrantamiento un llamado?
- ¿Dónde encuentras llamado actualmente a pesar de tu propio quebrantamiento?